Contratos inteligentes y sistemas democráticos
Latinoamérica tiene un problema generalizado de falta de confianza en su gobierno, lo cual se ha traducido en una falta de confianza en el sistema democrático.
Por: Karen84.crypto
¿Podríamos con la tecnología blockchain construir sociedades más avanzadas?
¡Hola ciudadanos y ciudadanas de Nación Bankless! Es un gusto para mi estar nuevamente aquí con ustedes compartiendo ideas sobre la Web3.
Hace un mes estuve participando en una actividad llamada “Ethereum.org Writers Cohort”. Naturalmente, la actividad consistía en escribir algunos artículos sobre el ecosistema de Ethereum o relacionados al tema de la Web3. Después de pensarlo mucho, decidí concluir mi participación hablando sobre uno de los inimaginables usos de esta increíble tecnología. Pero esta idea no surgió de la nada.
En la última década he trabajado en organismos públicos, lo cual me ha permitido ver y entender sus múltiples áreas de oportunidad. Fue precisamente durante ese tiempo que mi amor por la tecnología blockchain y los criptoactivos nació.
Si bien al principio fui atraída por la especulación y la idea de obtener ganancias rápidas, la verdad es que sin darme cuenta, poco a poco me fui introduciendo en la interminable madriguera del conejo.
Así fue como empecé a estudiar más sobre esta tecnología y una vez que la entendí, me di cuenta que las posibilidades de aplicación en las sociedades actuales son infinitas, específicamente, en los asuntos públicos.
Si bien hay un sinfín de áreas a las que creo que se podría aplicar la tecnología de la cadena de bloques, para ser sinceros, mi interés se ha enfocado a un área en especial.
Latinoamérica tiene un problema generalizado de falta de confianza en su gobierno, lo cual se ha traducido en una falta de confianza en el sistema democrático.
De acuerdo con los datos del Latinobarómetro 2021, 1 de cada 4 americanos no cree que la democracia sea mejor que otras formas de gobierno.
Sin embargo, no es culpa del sistema democrático que las sociedades modernas tengan gobiernos acusados de corrupción y de impunidad, sino que los mecanismos para la rendición de cuentas por parte de los gobiernos dejan mucho qué desear.
El seguimiento de los resultados en las votaciones sin posibilidad de fraudes electorales, el presupuesto, la recaudación fiscal y el gasto público, entre muchos otros aspectos, debería ser información pública, inalterable, trazable y al alcance de toda la ciudadanía. Y qué mejor que la tecnología blockchain para lograr todo esto.
En el caso muy específico de los procedimientos democráticos, y si mal no estoy, recuerdo haber leído o escuchado alguna vez de José Woldenberg, político y académico mexicano, que el origen de los sistemas democráticos tan “barrocos” (es decir, sobrecargados, con una cantidad enorme de procedimientos), es la desconfianza.
Y en efecto, la desconfianza es la madre de todos los candados que existen en los procesos electorales, y en mayor o menor medida, los mismos problemas se replican en todo el continente.
Las tecnologías de la información poco a poco nos han servido para hacer más eficaces todos esos procedimientos. Sin embargo, con la invención de la tecnología de la cadena de bloques, se podría desarrollar una serie de aplicaciones muy novedosas que podrían eficientar la función electoral.
Por ejemplo, los contratos inteligentes sobre la blockchain de Ethereum (ya sea en sus segundas capas o en sus cadenas laterales), podrían ser una herramienta invaluable para solucionar muchos de los problemas de la región.
¿Podríamos crear contratos inteligentes para fortalecer los procesos democráticos en nuestros países? ¿Y de ser así qué características debería tener ese contrato inteligente?
He aquí algunas ideas:
La institución propietaria del contrato inteligente debe ser la autoridad electoral, y esta información debe ser pública. ¿Quizás podríamos utilizar un ENS para que esto sea fácilmente comprobable por la ciudadanía?
El código del contrato debería ser auditable y auditado, lo que abonaría a la transparencia y sobre todo a su posible mejora.
La institución propietaria del contrato debe ser la única que pueda registrar las candidaturas en el mismo contrato, lo cual se debe hacer de manera previa al día de la elección.
La institución propietaria del contrato debe ser la única que otorgue el derecho al voto a la ciudadanía, siempre y cuando quien pretenda votar cumpla los requisitos legales.
La ciudadanía debe acreditar su identidad de manera indubitable. ¿Podríamos “tokenizar” esta información y que solo el ciudadano pueda acceder a ella con sus datos biométricos (algo similar a la tecnología de Worldcoin que “hashea” el iris)?
Si se asociara a ciudadano con una dirección, el contrato inteligente evitaría que una persona vote dos veces o que el peso de su voto sea mayor al que debe de ser, respetando el principio de un ciudadano, un voto.
Además de poder determinar al candidato ganador, podríamos obtener la votación de todos los candidatos registrados, cuya sumatoria forzosamente coincidiría con los votos totales (se eliminaría la posibilidad de que existan votos nulos), garantizando inmediatez, certeza, transparencia y publicidad de los resultados.
¿Te imaginarías ir a votar a una urna electrónica con todas esas funcionalidades? ¿Sabiendo cómo funciona la tecnología blockchain, confiarías más en esas votaciones?
De esta forma, no solo podríamos tener elecciones más confiables, sino también ahorrar recursos humanos (menos personas para operar los lugares de votación y realizar los conteos), materiales (menos documentación y materiales electorales) y, desde luego, financieros (ahorro de recursos para pagar todo lo anterior). Y también creo que podríamos ser más amigables con el medio ambiente. ¿Te imaginas todo el papel que se ahorraría en boletas y demás documentos?.
Si me preguntas, creo que ese es el verdadero valor de una tecnología, específicamente de la tecnología blockchain, es decir, todos los problemas del mundo real que se podrían solucionar y, que en consecuencia, podrían traer una mejora en la calidad de vida de las personas.
Por eso, no es extraño que Latinoamérica, una región que ha sido históricamente golpeada por malos gobiernos y sus malas decisiones, sea tierra fértil para el desarollo de la Web3, en busca de mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.
Y todo gracias a la tecnología blockchain, los contratos inteligentes y la infinidad de aplicaciones de las cuales aún estamos viendo la punta del iceberg.
Biografía de la autora
Karen es maestra en Derecho con especialidad en materia civil; durante la última década se ha desempeñado en el sector público, pero ha desarrollado especial interés por la tecnología, enfocándose al estudio de blockchain y criptoactivos, y obteniendo varias certificaciones sobre el tema; también ha desarrollado interés por la educación financiera, por lo que cuenta con una certificación como coach de finanzas personales. Se ha dedicado activamente a enseñar, dar charlas e impartir capacitaciones a entusiastas, inversionistas, emprendedores y al público en general sobre las bases de blockchain y criptoactivos; por ello, ha creado “Búho Financiero”, plataforma educativa enfocada a quienes desean aprender desde cero, de manera fácil y sencilla.
Twitter y Telegram: @AdvoktusDiaboli
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